1/19/2010

TABLAS MORTUORIAS EN ESTADO DE ABANDONO AUMENTAN EN TEMPLO JAPONES DE CAÑETE

Por Hidehito Higashitani *

La ciudad peruana de San Vicente de Cañete se encuentra a unos 150 kolómetros al sur de Lima en la Provincia de Cañete con unos 160 mil habitantes. Es sabido que en la época colonial se trajeron a esta región numerosos esclavos africanos para hacerles trabajar en las haciendas que se habían montado en la zona. Luego ya en la época republicana, Cañete siguió siendo un lugar importante de asentamiento de varios grupos de inmigrantes extranjeros venidos, por ejemplo, de Japón, de China y de Italia. Concretamente el contingente de los primeros inmigrantes japoneses llegó a Cañete en 1899 y se calcula que en todo el Perú viven actualmente unos 90 mil ciudadanos de origen japonés.

Pues bien, ahora, después de algo más de cien años desde el comienzo de la inmigración japonesa, se está observando un nuevo fenómeno social que consiste en el ’retorno temporal’ de los descendientes de inmigrantes japoneses a su país de origen. La mayoría de ellos se dirige a Japón en busca de una mejor posición económica para trabajar en las fábricas de distintas ramas que, por su parte, encuentran en ellos una mano de obra ’a un precio relativamente razonable’.

Y además por la reciente reforma de la ley japonesa de inmigración, se les ha facilitado a los peruanos de origen japonés de hasta la tercera generación la obtención del visado de largo plazo, lo que ha hecho aumentar visiblemente el número de trabajadores temporales peruanos en las fábricas, sobre todo, de la industria automovilística. De esta manera actualmente están registrados unos 60 mil peruanos como residentes temporales en Japón.


En el caso concreto de la ciudad peruana de San Vicente de Cañete, en ella viven unos 500 ciudadanos de origen japonés, de los cuales unos 90 jóvenes se encuentran actualmente en Japón trabajando y enviando remesas a sus familias en Perú. Y junto con este progresivo aumento del desplazamiento temporal de los peruanos de origen japonés hacia su país de origen, se está empezando a notar el aumento de las tablas mortuarias —el ’ihai’ en japonés- que se dejan en el Templo ’Jionji’ ubicado en esta ciudad, que es el único templo budista del Perú y el más antiguo de toda América del Sur, confiándolas al cuidado de él.

Según la tradición budista japonesa, el ’ihai’ es una tabla mortuaria de madera bellamente barnizada con laca con la incripción del nombre del fallecido y que se conserva con cariño y se venera en el seno de cada familia, o bien quemando incienso delante de ella o bien ofreciéndole flores para recordar y sentirse acompañado del alma del difunto. Se trata de una costumbre familiar que se conserva aún hoy día en las familias budistas japonesas.

Según la Lista de las tablas mortuarias conservadas y confiadas al cuidado del Templo ’Jionji’ del Perú, publicada en 2001 en Tokio por la oficina central de la secta Sôtô del budismo Zen a que pertenece el templo, se puede comprobar que existían por esos años unos 2.200 tablas mortuarias con los datos detallados de cada tabla —nombre del difunto, fecha de fallecimiento, edad, lugar de origen, etc., etc.-.

El número de las tablas depositadas y confiadas al cuidado de este templo sigue en aumento y actualmente llega al número apoximado de unos 3.000. Según los datos del templo, el 60% de las tablas depositadas están ya prácticamente abandonas por las familias correspondientes y el templo se encarga de guardar y cuidarlas.

¿A qué se debe este progresivo aumento de los casos de abandono o de depósito de las tablas mortuarias? Indudablemente ’el retorno temporal’ a su país de origen de los descendientes de inmigrantes puede ser una de las causas principales. Pero junto con ello, habrá que fijarse en el progresivo desinterés por el budismo y la falta de costumbres tradicionales budistas por parte de los que han sabido integrarse en la vida y la práctica religiosa del mundo católico peruano. El aumento de los ’ihais’ abandonados pueda quizás servir de barómetro para medir gráficamente el grado de integración de la colonia japonesa en la vida cotidiana de los peruanos.

* HIDEHITO HIGASHITANI es catedrático emérito de la Kobe University of Foreign Studies y actualmente catedrático de Literatura en Himeji Dokkyo University (Japón).

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